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miércoles, 27 de febrero de 2013

Escapemos de aquí! [Prólogo]

Prólogo. La nueva casa.

Las cosas nunca son lo que parecen. Que se lo pregunten a los Jackson's o a cualquier otra familia que haya estado en contacto con esta historia que os voy a relatar. Sabemos que han podido ser cientos, incluso miles, de personas que han tenido que vivir esto, que lo hayan sufrido en sus propias carnes. Miles de personas que han dejado la voz rogando ser liberadas... Que agotaron sus fuerzas intentando salir de ese lugar al que más de uno llamaría Infierno y creedme cuando os digo que no se equivocarían.

Son los Jackson's quienes, con el corazón en un puño y visiblemente desanimados y agotados a causa de lo vivido, han sido lo suficientemente fuertes y valientes para contar la verdad de lo sucedido en aquel tétrico lugar. El señor Jackson, tras respirar hondo varias veces y sin soltar por un segundo la mano de su mujer, es el que comienza a hablar: Todo empezó el día que mi madre, por culpa de su enfermedad, tuvo que venir a vivir con nosotros y debíamos buscar una casa más grande para poder convivir todos sin ningún problema. Entonces, como por arte de magia, apareció en el buzón un catálogo de casas nuevas a estrenar. Una en especial nos llamó la atención, estaba localizada en  un pequeño pueblo de unos cien habitantes alejado de la ciudad. En aquel momento me pareció el lugar perfecto en el que criar a mis hijos. Además la casa tenía una peculiaridad; Se podría decir que "vivía", se limpiaba sola, hacía las camas, los muebles se movían a gusto del inquilino, era perfecta a nuestros ojos. A los pocos días iniciamos la mudanza hacia nuestro nuevo hogar. Más que una casa parecía una pequeña mansión que, a pesar de estar un poco apartada del pueblo, se veía majestuosa. Nada más entrar por la puerta principal la casa se llevó nuestras maletas, asignando las habitaciones ella misma. Tanto Jessy como Norberto, nuestros hijos, salieron corriendo a conocer sus nuevas habitaciones y la abuela se sentó en una silla que la llevó hacia la suya así que nosotros decidimos investigar nuestro nuevo hogar de ensueño.

domingo, 24 de febrero de 2013

lunes, 18 de febrero de 2013

Friendship.

Todos tenemos amigos. Hay amigos que van y amigos que vienen, amigos de clase y amigos para salir. Amigos con los que compartes gustos  y amigos que son totalmente diferentes a ti. Amigos que se quedan un rato y otros que estarán ahí para toda la vida. Amigos que te han visto crecer y amigos que te han visto madurar. Amigos a los que a veces matarías pero que sabes que los echarías en falta si no estuvieran. Como ves, hay mil clases de amigos. Pero hoy me quiero centrar en una en especial. En esos amigos que más que eso son como familia. 

Sí, esos amigos con los que adquieres tanta confianza que se convierten en esos hermanos pequeños a los que reñir por tonterías, con los que pelear brutalmente para acabar abrazados y riendo. A esos hermanos pequeños a los que jamás te cansarás de picar... También puedes tener gemelos, un amigo que se parezca tanto a ti que con sólo una mirada te entienda, alguien con quien compartir mil y un secretos, alguien que termine tus frases, alguien que sepa todo de ti... Incluso puedes tener amigos que se comporten como ese hermano mayor protector que no permitiría que nadie te hiciera daño, o por lo menos no sin acabar echo polvo, ese hermano mayor que siempre consigue sacarte una sonrisa. Amigos que son Familia. Familias compuestas por amigos... Perfección, adoración... 

La verdad es que me siento agradecida no sólo de ser esa hermana para alguien sino de poder llamar hermano o hermana a ciertas personas que, en mi más humilde opinión, merecen ser llamados mucho más que eso. Es increíble lo que una amistad puede lograr... Ese sentimiento de que nunca más estarás sola.. De que siempre habrá alguien ahí, ya sea en la puerta de al lado o al otro lado del teléfono. Simplemente estarán ahí. Para apoyarte... Para ser tus hermanos...

Todos deberíamos de tener amigos así, pero no debemos de buscarlos jamás... Ellos simplemente llegarán a nosotros, como ángeles, sonriendo y llenando tu vida de luz y de momentos inolvidables, abrazos inolvidables, noches y días... que desearías que fueran interminables sólo por que los pasas a su lado. Amigos y hermanos a los que estarás eternamente agradecido. Amigos únicos, con los que has tenido la suerte de encontrarte. Disfruta. Vive. Ríe. Sé Feliz. Pero, sobre todo, Ama y Cuida a tus amigos... Lo merecen.